viernes, 25 de mayo de 2012

DE NUEVO AL RUEDO

Nos vamos de Arequipa. De nuevo cargar el auto, poner nafta, comprar algunos víveres y listo. Dejamos atrás cama, desayuno en mesa, charlas y todas esas cosas necesarias para tomar envión. A fuerza de partir tomamos  verdadera dimensión de lo que dejamos, nos pasó desde el primer día de viaje. Cuando no lo tenés, lo extrañas. y si lo extrañas es porque lo queres. Pero este viaje es así, como las montañas que venimos subiendo y bajando sin parar. A veces mirás a todos desde arriba, cómodo y orgulloso de lo logrado, y a veces de abajo, donde hay que cerrar los ojos y acelerar para estar de nuevo arriba. Quizás así es la vida también, no se. Que tan arriba puedo llegar? Que tan abajo puedo soportar? Creo que el secreto es caminar, caminar y caminar. Peregrinar diría mi amigo. Cada cual sigue su camino. Pero la ruta nos espera y de los aproximadamente 3000 metros de altura de Arequipa llegamos al mar. Sí, cero metros, en un par de horas. Y Sudamérica tiene desiertos sin camellos, pero de arenas y médanos.



Y cuando hay arena, hay mar y la felicidad me vuelve a invadir. llegamos a Camaná, un pueblito donde nos recomendaron dormir. Y eso hicimos, playa, carpa, y a cerrar los ojos. Qué distintos son los atardeceres en el Pacífico! el sol cae atrás del mar, lejos. No hay edificios, como en nuestra costa, que nos hagan sombra. Como dice Mollo, "Arquitectos de antifaz" que creen poder taparlo todo por unos metros mas. Dan asco. Nos levantamos y salimos rumbo a Nazca a ver las famosas líneas. Camino costero, con pocas subidas y bajadas, pensamos que en el día llegamos. Pero nadie es ajeno a nada y y todo está conectado con todo dicen, así que las lluvias de la sierra desagotan en el Pacífico en forma de agua, barro y piedras. Piquete de la naturaleza y más de seis horas de espera.


Hacemos noche en un pueblito inesperado llamado Chala (mal pensados abstenerse) y partimos. La ciudad de Nazca no es pintoresca, pero haciendo unos kilómetros más te encontrás con las líneas. Qué son? surcos en la tierra que forman figuras por kilómetros y kilómetros. Para qué están? nadie sabe. Qué significan? ni idea. Pero la inmensidad, prolijidad y precisión asombran. Me imagino en la obra, con los muchachos, replanteando eso y me dá escalofríos. Una vida no alcanza. Están para disfrutarlas y eso hicimos.
Nuestro siguiente objetivo es Huacachina, un "oasis" según nos dijeron. Primero se llega a Ica, una importante ciudad, y muy cerca está la laguna.




Dispuestos a acampar en las orillas para pasar unas noches, llegamos. Y si bien es un oasis, la superpoblación del lugar nos destruyó la idea. Fin de semana largo, todos los turistas y nosotros en el mismo sitio. El lugar realmente es hermoso, gigantes médanos que forman un valle, en el medio una laguna, palmeras, vegetación, y un sin fin de comercios, restaurantes, vendedores, botes y demás que lo convierten en el oasis mejor equipado del mundo. Full Full.
No es un buen día para hablar de arquitectura y proyectos inmobiliarios así que nuestra inocente idea de acampar tranquilamente se esfumó. Disfrutamos lo que pudimos y salimos. Lima es nuestro próximo destino. Veremos qué nos depara la ciudad más grande de Perú.

lunes, 7 de mayo de 2012

RUTA AREQUIPA (TODO PISTA, DALE NOMÁS)


Luego de enamorarnos de Cuzco y de impresionarnos con Machu Picchu, tomamos de nuevo la ruta, todavía con el cuerpo dolorido de nuestras caminatas por el Valle Sagrado. No nos habíamos ido del todo cuando ya estábamos planeando un viaje de regreso para conocer  lo que no pudimos. En fin, nos vamos totalmente convencidos de que el día de mañana tenemos, debemos y queremos  volver.
Arequipa no era uno de los destinos que habíamos planeado para Perú, pero un mail diciendo que el club CAVE nos estaría recibiendo en ese lugar, nos convence totalmente de desviar la ruta y reprogramar la travesía. Con nuestro mapa un poco desactualizado y consultas a la gente local, decimos tomar un camino mas corto que sólo tenía unos pocos kilómetros de trocha (tierra). El resto en teoría era asfalto (pista, como dicen acá).
No tan pista
A medida que avanzamos la trocha se iba haciendo cada vez más extensa y menos cuidada, y cada vez más nos acordábamos del señor del peaje y del camionero que nos aseguraron que el camino estaba en perfectas condiciones… habrán entendido lo que les quisimos preguntar???  A esta altura mucho no importaba, el trecho que habíamos avanzado era el suficiente como para seguir y no retroceder. De repente el paisaje cambia y se vuelve blanco nieve. La temperatura baja…la calefacción del Fusca que no funciona…se hace de noche…



Sin divisar ningún pueblo para parar seguimos avanzando con la luna hasta que llegamos a Imata. Sopita y a la cama, mejor dicho, sopita y al auto, envueltos como gusanos nos metimos frazadas arriba de las bolsas de dormir y así esperamos el amanecer. Cargamos unos galones de gasolina y seguimos hasta Arequipa, esta vez con una ruta impecable de pista.

Ahora está mejor.
 En Arequipa conocimos a Elar, presidente de la sede, y a su hermosa familia, que nos recibe con una sonrisa, millones de gestos de amabilidad, conversaciones agradables y de inmediato nos hacen sentir muy cómodos, y nos hacen saber que en Arequipa también tenemos amigos. Amigos como Ricardo que nos aloja en su casa y nos prepara muy ricos desayunos. Y nos regala un amigo para chichipío Wilson, que llegará al país del norte con todos nosotros.

Recibimiento de Cave Arequipa.

Elar, familia y nosotros

El amigo de Chichipío Wilson todavía no tiene nombre. Escuchamos propuestas. 
Como nos ocurre la mayoría de las veces, el primer tour por la ciudad lo hacemos en el mecánico, que nos cambia el ruleman de la rueda derecha y nos ajusta por vez numero 38 el tren delantero. Después de eso,estamos listos para conocer Arequipa.  Es una ciudad con mucho movimiento turístico, con un centro histórico muy pintoresco, y rodeada de tres volcanes: Misti, Chachani y Pichu Pichu. 



La ultima noche nos juntamos con todo Cave Arequipa y salimos a caravanear por la plaza de armas, para terminar en un parador y comer anticuchos  (muy sabrosos por cierto).



Ya con los recuerdos pegados en Fusca y otros guardados en nuestra memoria para siempre, nos despedimos, seguimos avanzando, nos vamos con ganas de volver, salimos de nuevo a la ruta con una sonrisa y el corazón lleno. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

DE REALIDADES VIVE EL HOMBRE


Cuando pensás en un sueño enseguida se te viene a la mente una cama, una noche placentera, y el despertar con una sonrisa por lo soñado. Pero a veces los sueños nacen de día, bien despierto. El mío empezó hace más de una década en algún rincón de la facultad junto a Walter. Dijimos en ese momento “cuando terminemos la facu vamos a conocer Machu Picchu como viaje de egresado”. Pero inmediatamente después de darle forma a tu sueño te aparece una mochila en la espalda, liviana al principio, pero con cada segundo que pasa sin concretarlo, un grano de arena se suma. Y el sueño, de a poco, se transforma en deuda pendiente. Hay quienes tienen la capacidad de adormecer esos sueños y poco a poco convertirlos en utopías ¿para qué sirven las utopías? Por ahí escuché que simplemente para seguir caminando, lo cual no es poco, pero si el camino no tiene un rumbo que yo haya elegido o soñado, me puedo perder o esconder bajo la bandera de sueños ajenos. Creo que así pierdo mi libertad. Yo elijo donde ir. Disculpen, no creo en el destino.
Por eso los sueños están para cumplirlos. Mi mochila empezaba a pesarme y como sabrán, no soy muy bueno para los trabajos pesados. Así que la mañana del lunes encendí el auto con la alegría del nene que amanece en su cumpleaños. Juntamos todo y salimos hacia Ollataytambo, ciudad donde dejaríamos a Fusca para partir hacia Machu Picchu. Las entradas eran para el martes, así que todo el lunes íbamos a viajar hasta llegar a Aguas Calientes, pueblito obligado antes de subir al templo Inca. Desde Cuzco hay varios caminos para llegar, a saber:
1-      Camino del Inca: Caminata espectacular de tres días, muuuuuy cara.
2-      Tren de lujo, lo más rápido y cómodo, muy caro.
3-      En auto hasta Ollataytambo, viaje en bus, parado, hasta Santa María, taxi hasta Santa Teresa, combi hasta Hidroeléctrica, y si llegás vivo, caminata de dos horas hasta Aguas Calientes; más barato, obvio.

Esperando en la plaza de Ollataytambo. 

¡Imagínense cuál elegimos! Demoledor viaje, curvas y contracurvas hasta llegar al mareo, atraso de horario y la noche que nos agarra en Hidroeléctrica. Cambiamos la caminata por el tren y Aguas Calientes nos recibe con una tropical lluvia. Un hostel barato para juntar fuerzas y temprano a la cama, ya que a las 5:00 AM empieza la travesía.
Caminar por los alrededores de Machu Picchu antes que el sol asome, créanme, tiene su encanto. Clima húmedo, ruido de río violento y algunos turistas que se animan, como nosotros, a subir los 450 mts. que nos separan hasta la entrada del santuario. Vivir en la altura de por sí te agita, con lo cual esa interminable escalera de piedra nos quitó el poco físico que tenemos. Con las piernas al borde del llanto llegamos a la entrada, tomamos aire, un desayuno y entramos. ¿Cómo describir las sensaciones? No soy poeta, realmente me falta vocabulario, pero se ordenaron mis últimos 10 años de vida, es como encajar la última pieza del tetris. Mis manos tocaban mi sueño, mis ojos abiertos veían lo que sólo podían ver cerrados. Olía a sueño, latía a sueño, pisaba a sueño. Y todo era real.
Rocas perfectamente cortadas y ubicadas, caminos con paisajes impensados, desagües, terrazas para el cultivo, una verdadera ciudad en las alturas. Llegamos a Huayna Picchu, montaña sagrada, y se puede ver desde allí toda la ciudadela. Lugar energético para los que creen, maravilla del hombre para otros, Machu Picchu no es solo una obra de ingeniería increíble, es mucho más. El lugar, los paisajes, la naturaleza en armonía con el hombre. Imaginarse a estos hombres trabajando hace mas de 500 años, piedra a piedra, y codo a codo, me hace pensar que tanto mejores somos hoy. ¿Qué eran esclavos? Entonces me corrijo, estos hombres esclavizados y desganados lograron levantar semejante maravilla, que estamos haciendo nosotros hombres modernos y libres, incapaces de trabajar en conjunto (como esclavos) para evitar tanta injusticia, corrupción y egoísmo. Tranquilo, no me volví loco, sólo que viajar, ver y conocer te hace reflexionar y pensar que estas culturas fueron exterminadas solo por oro y poder, que una vez expulsados los colonizadores se los sigue explotando excluyéndolos del sistema, o se permiten minas que contaminan el agua de todo un pueblo sólo por dinero. Me pregunto entonces ¿Cuánto mejoramos? ¿Cómo hubieran sido estas culturas en este siglo? Preguntas sin respuestas.
Cuestión que las imágenes en este caso valen más que las palabras, con lo cual a disfrutar Machu Picchu.

Bien temprano, con la niebla matutina.

Vista desde Huayna Picchu.

En la cima. 

Capaz que el paisaje está bueno. 

Tocando las nubes. 

La orquídeas y las lagartijas nos acompañaron todo el trayecto. 

Buscando un teletransportador. 

Caverna del Inca.
En Machu Picchu, de fondo Huayna Picchu. Si, hasta ahí subimos. 
Después de 12 horas de caminatas volvimos a Aguas Calientes. Bajar es más fácil que subir, con lo cual los tiempos se acortaron. Comer y dormir era lo único que queríamos.
El miércoles bien temprano caminamos las dos horas que nos separan con Hidroeléctrica. Camino de selva y al lado de las vías del tren. Acompañados por la naturaleza, unas bananas y unas paltas que nos regaló el camino hicieron más ameno el viaje. Solo queríamos retener olores, paisajes, el contacto de la roca áspera en la mano ¿cómo hacer para que el tiempo, enemigo de la memoria, no nos quite estas sensaciones? Creo que las fotos y las charlas que imaginamos en el reencuentro nos van a ayudar.

Volviendo.


Nuestro guardianes en el camino. 



Volvimos a Ollataytambo donde dormía Fusca y nos preparamos para regresar a Cuzco. Machu Picchu queda atrás, mi mochila está vacía de nuevo. Vacía para volver a llenarla de a poco y vaciarla más adelante. Más tarde, en algún rincón de Perú, hacía memoria de una frase que me dijo Nico hace unos meses: “que no te lo cuenten, vivílo”. Y eso hice hermano. Les puedo decir que mi deuda pendiente está saldada. ¿Y la de ustedes?